Ya sé de lo que tengo ganas.
Por mucho chocolate que coma, por muchas cosas que pruebe que llevaba siglos sin tomar, por mucho que lo intente, por mucho que piense, no se me quita ese gusanillo.
No tengo ganas de dulce. Ni de tabaco, ni de café, ni de chocolate, ni de esas cosas que tanto me gustan y suelen calmarme.
Tengo ganas de ti.
"No se me quita el gusanillo de ti"
ResponderEliminarNunca es suficiente.
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